jueves, 2 de junio de 2016

SON LAS HORAS DEL SILENCIO, Levyronny Benlabrat (Israel)


SON LAS HORAS DEL SILENCIO



mi sol rutilante
SON LAS HORAS DEL SILENCIO
Son las horas del largo silencio sollozo y sofocado
donde inertes reposan los callados surcos de la sangre
quemando como soles los nobles retoños de los sueños.
Son las horas del silencio, quimeras que oscilan en la sombra,
en la hoguera de la ceguera y la locura derramada en su noche,
pájaros en celos, pico abierto como aves de acecho,
una ausencia infinita que suaviza las llamas vagabundas del ensueño.
Son las horas del silencio, voces de aliento esparcidas en el viento,
tú me llevas a avanzar y a retrodecer con el ritmo del impulso,
con tu aire de diosa en tus cielos de ansias y espumas,
tú, esa blanca ave de ojos cerrados de gaviota en su vuelo,
una procesión de divinos espectros entre mares y tormentas,
una roja antorcha perforada en el alba del silencio,
un espejo de sirenas brillando en los tiempos de tus labios.
¡Ah! relámpago de miradas escondidas en el insólito raudal de tus senos,
la indeleble mancha de la sangre en el ondulado cuerpo de tu noche,
allí donde se oyen los sonidos de la penumbra y sus lujurias,
el rancio licor añejado de tu boca en el techo de tu sombra.
voy a mecer el aire opaco de mis letras con la arena de tu lengua,
voy a respirar el aire invisible de tu secreto espacio,
una larga y oscura maleza de mis perdidas tentaciones.
Yo sé que Dios existe en tu crepúsculo de angustias y de miedos,
en ese frágil y tedioso horizonte de nieblas y cenizas,
pánico y asfixia en las huellas oscuras del espasmo,
tu lengua vaporosa impregnada de licores y venenos,
una opaca bruma de vivos colores y fuertes contrastes.
¡Ah! no te alejes con esos pasos tuyos de diosa misteriosa,
enzálsame en la leyenda de tu minicioso río dorado.
Enzálsame en tus paisajes de infinitos y tempraneros amaneceres,
llévame con tu alma de aurora cubierta de blanca nieve,
esa fresca rosa, ese espumoso lirio de himno y esperanza,
ese suave terciopelo en tus campos sembrados de silencio,
nobles rotoños de ilusiones en sus lágrimas apenas derramadas,
sombras pardas que abrazan la húmeda tierra con el inerte cielo,
ese deambular interminable perdido en el carrusel de mi sueño.
Voy a emprender un nuevo viaje con mi equipaje de viento y alma,
voy a empezar a navegar sin rumbo en tu ancha nada
girando entre tus rosas marchitas y tus mariposas heridas,
voy a cerrar las puertas para escribir a solas el poema de tu silencio,
eso que cae y cruje en la lámpara apagada de la noche,
un largo vacío que me obliga cien veces más a esperarte,
¡ah! discúlpame mi alma, otra vez te confundí con Dios.
All rights reserved to Ronny@levybenlabrat, Israel.

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