lunes, 19 de octubre de 2015

ELLA, LA LOCA Y YO, Maigualida Pérez González (Venezuela)


ELLA, LA LOCA  Y YO


Para mi la narrativa es el arte primordial de los humanos, es una actividad íntima y esencial. Para ser, tenemos que narrarnos. Nuestra identidad reside en la memoria, en el relato de nuestra vida, por eso es que todos somos novelistas, autores de una única novela que nos lleva toda nuestra existencia y en la que tenemos el papel de protagonistas.

Escribir muchas veces te salva la vida, cuando todo lo demás falla, cuando la realidad se pudre, cuando tu esencia naufraga, siempre puedes recurrir al mundo narrativo.

Estoy viviendo un tiempo raro y de muchas maneras nuevo. Tengo la sensación de estar atrapada en algo que determina y rige mi vida. Otras veces siento estar afuera, no pertenecer a nada. El mundo se me presenta como un acertijo, como un enigma.

 Es menos frecuente que se me presente de frente, digamos, mirándome a la cara, en algunos casos me sorprende, me intriga, y me pregunto: ¿qué estoy haciendo yo aquí?

 Es en este lugar donde la encuentro a ella, a la soñadora, construyéndose un mundo alternativo, comportándose libre, siendo una romántica ciega porque quiere creer en su ceguera ya que no tiene en la realidad, de la que es muy consciente, nada que la agarre. Prefiere entonces, vivir su mundo.

Admiro la fuerza de su deseo,  esperando que de algún modo, la intensidad de su sentimiento produzca algún resultado, algo que, en algún momento de la vida, hacemos todos los humanos, evitar la realidad y sus límites.

 Quizás sea ella la escritora y por eso a veces no pueda yo entender lo que escribo. Debe ser la valiente y yo la cobardona que le duele el estómago cuando la situación se pone difícil.  Debe ser la fuerte, yo la que tanto ha sufrido y a la que tanto han golpeado, pero reconozco que ella me dio empuje para no perder la fe, para pensar, esto no durará toda la vida. Y entonces oigo su voz que dice: Aguanta corazón, solo eso, aguanta.

            Ella es ese otro yo que se fue desde tan temprano, algo de ella debe vivir en mí, quizás mi parte buena sea ella que siempre ha estado conmigo, por algo compartimos juntas un vientre. Habrá algo indefinido siempre entre nosotras, como si la esencia de las cosas nos diera fuerzas y a la vez nos debilitara.

En fin, no podría existir sin mi hermana, ese otro ser que pudiera haber sido yo misma, pero que es lo suficientemente diferente como para permitir mi existencia.

Hoy me parece ver todo desde la perspectiva del tiempo, y encuentro profunda y sensatas explicaciones. O tal vez no veo nada y es solo mi mente que se esfuerza por llenar de causas y efectos todos los misterios que han aparecido en mi vida.

Soy una loca, la locura es vivir en el vacío de los demás, por eso soy una loca, tengo mucho de ello, y ambas, la loca y la cuerda convivimos amigablemente visitando todos los mundos, los posibles y los imposibles, los imaginarios y los verdaderos. Soy tan paradójica, que al lado del talento más sublime, existe la debilidad más tonta

            A veces salgo de mis propios escritos y en mis innumerables insomnios empiezo a disgustarme conmigo misma y me convenzo, cada vez más que no me queda más que seguir viviendo esta maravillosa locura acompañada de ella, de la loca y de mi misma.


Maigualida Pérez González

Escrito el 16 de Octubre de 2007, día de mi cumpleaños, para mi hermana gemela en una noche de locura y soledad



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