martes, 14 de octubre de 2014

SOBRE BLOW UP DE ANTONIONI, Alejo Urdaneta


Alejo Urdaneta

BLOW – UP
DESEO DE UNA MAÑANA DE VERANO/Michelangelo Antonioni
1966

Cuando apareció en pantalla BLOW- UP (1966), Antonioni había abandonado su tendencia intimista que desarrollaba la crisis de los sentimientos y las relaciones desesperadas. La trilogía constituida por La Aventura, La Noche y El Eclipse, tratan de la incomunicación de la pareja y la soledad, en ambientes desolados y el contraste del blanco y negro. Ya con esas obras podía calificarse a Michelangelo Antonioni como un director moderno.
El cuento de Julio Cortázar: Las babas del diablo sirvió de tema argumental de esta película que comentamos. En el cuento de Cortázar apreciamos la vida y la experiencia de un fotógrafo de París. Michel, que sin pretenderlo y mientras toma imágenes de la ciudad, en la Isle de Saint Louis, capta el intento de violación y quizás muerte de un niño en un parque. Los autores del crimen  por cometerse son un hombre y una mujer.
Antonioni tomó lo esencial del episodio para trazar una visión de Londres en la década de los años 60. Es la época de una vida festiva y dominada por una juventud agresiva, con tendencia hacia lo que se ha denominado “Kitsch”, para denotar esnobismo y vulgaridad, con evidente diletantismo cultural.
El fotógrafo de Blow up (David Hemmings), que aparece con el nombre de Thomas, aún cuando en ningún momento sea nombrado en el film, carece de la actitud moralista de Roberto Michel, el fotógrafo diletante de Cortázar, y por consiguiente rehúsa intervenir en la historia. El personaje de la película es un joven que participa de los hábitos adquiridos de esa nueva juventud, y es también fotógrafo,  generador de imágenes. Thomas va a un parque de Londres y ve a un hombre y una mujer que parecen pelear. Toma muchas fotos de la pareja y en el trance es visto por la mujer, que lo persigue para quitarle el negativo. Ella lo alcanza en el estudio y Thomas le entrega un rollo equivocado y revela las fotografías que había tomado de la pareja en el parque.
En su cuarto de trabajo obtiene las imágenes y observa – observamos – que en el fondo borroso van definiéndose las figuras de la pareja, y parece estar un hombre en el suelo. Vuelve al parque y ve al hombre muerto. O quizás cree haber visto a un hombre muerto en el suelo.
Las babas del diablo, el cuento de Cortázar que es el tema argumental del film, nos enfrenta al fotógrafo Michel después de revelar los negativos del rollo de película. Ha visto en el parque a la pareja que envuelve al niño para atraerlo y toma las fotografías para desentrañar el sentido del episodio. Capta un sentido oculto y siniestro en el asedio que hacen al niño
El fotógrafo recorta la realidad en un principio, y luego no sabrá enfrentarse a ella con el desarrollo de la historia. Tal es la trama misma de la película.
Antonioni habló de la fuente de su creación cinematográfica: ¨La idea de Blow up me vino al leer un breve relato de Julio Cortázar. No me interesaba tanto el argumento como el mecanismo de las fotografías. Descarté aquel y escribí uno nuevo, en el que el mecanismo asumía un peso y un significado diversos.”
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La década de 1960 removió el sentido de la poesía, para hacerla más íntima en la busca del hombre y sus conflictos. El arte reflejó esa tendencia en todas sus expresiones, y en ellas observamos la ambigüedad como centro de los actos humanos en sociedad.
La estructura  de muchas de las películas de Antonioni nos muestra narrativamente el deseo de indagar aspectos de lo real que tienden a sustraerse continuamente, contra aquellos que persiguen la claridad de la obra con un sentido unívoco. No se acepta a priori la ambigüedad.
En Blow-up apreciamos la ambigüedad, que es la misma que predomina en el cuento de Cortázar que sirvió de tema argumental de la película. Es el conflicto, más o menos declarado, entre la ambición de un todo visible y la búsqueda de una verdad escondida en las cosas y en los personajes (como el cadáver de Blow-up, que aparece y desaparece sin que se aclare nunca su existencia efectiva).
Antonioni eligió la discontinuidad, igual que el correr de la vida, y desechó la lógica de la causalidad: Un rechazo a la coherencia tradicional en el cine y las letras, porque se afinca más en los personajes que en los hechos que se narran.
 Ese es el montaje artístico de Blow-up. El cineasta prefiere la discontinuidad, más cercana al correr de la vida, antes que la lógica de la causalidad. Esta tensión entre el rechazo de la coherencia tradicional y la tendencia a envolver a sus personajes, mucho más interesada por las influencias de los hechos en aquéllos que por los hechos mismos, es lo que lo llevó a ser el gran creador de la imagen que fue.
Es conveniente destacar que en ambas obras: El cuento de Cortázar y la película de Antonioni, el suceso narrado no es el objetivo de tales creaciones. Es la situación del narrador o del protagonista ante los sucesos que les toca vivir. Thomas vive atrapado en el tedio o el disgusto, y se lanza a la calle para mezclarse con su ambiente de alborozo fingido. La acción, como dijimos, se desarrolla en Londres. Es la época de la revolución en el vestir, el predominio de la imagen, las primeras manifestaciones juveniles. En el andar sin propósito por la ciudad se enfrenta al suceso que recoge en su cámara de fotografía. Allí comienza para el protagonista, y también para el espectador, el choque ambiguo entre la realidad y la apariencia. Un cadáver que está y luego desaparece, visto en una fotografía ampliada que produce más confusión al cotejarla con la experiencia guardada en la memoria.
Ocurre algo semejante al fotógrafo de Las babas del diablo, cuento que  nos narra una acción abominable que pudo haber ocurrido pero que el narrador revierte para que no se haya producido. El título del cuento: “Las Babas del Diablo”, cuyo significado es el  mismo que lo que conocemos como “hilos de la Virgen”, es ya un símbolo poético. Son aquellos pequeños hilos que flotan al viento y sobre los cuales ciertas arañas se lanzan al aire libre y hasta al huracán, livianos estambres que navegan hacia el espacio desconocido. Las posibilidades se entrecruzan en este cuento, igual que en el poema, como un miedo frío en el espectador del suceso narrado, para dar un final alucinante, abierto como la misma posibilidad. El sentido ambiguo y contradictorio de este cuento es  la visión del narrador (¿el hombre, la cámara de fotografía, el tiempo?) que trata de apresar algo más allá de la realidad. Intención  poética dicha sin la expresa construcción del poema (¿o quizá con ella, en forma implícita?), apertura a un estado desconocido y paralelo a la conciencia.
Problematización, pudiera ser la palabra que determina el significado tanto de Blow- Up como del cuento que inspira la película de Antonioni. Las situaciones en ambas obras se prestan a múltiples interpretaciones y conclusiones: Movilidad – inmovilidad, necesidad de catarsis mediante la narración, valoración de la expresión poética como acceso a una realidad superior. La ambigüedad dirige las acciones y episodios de los protagonistas.
La obra de Michelangelo Antonioni se balancea entre realidad y sueño, y Blow-up concluye como un sueño. Ya hemos visto que el fotógrafo Thomas no se relaciona con los demás. Su cámara fotográfica puede ser el acercamiento capaz de mostrar lo oculto. Todo es efímero, como el final de la obra: Thomas regresa al parque y se encuentra a unos jóvenes con la cara pintada de blanco. Juegan al tenis con una pelota imaginaria, y Thomas sigue el juego y simula ver la pelota. Escuchamos el golpe de las raquetas. Entonces ocurre la escena con la que concluye la obra, como si todo hubiese sido un sueño: El fotógrafo se va caminando sin rumbo por la hierba y desaparece, igual que el cadáver que había visto y luego no estaba más.
El autor de esta gran película describió la desaparición de su personaje asemejándolo a los agonistas del drama de Shakespeare: La tempestad. Ellos también son espíritus en la escena.

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