domingo, 26 de enero de 2014

LA MUERTE DEL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN TV, Naief Yehya

La muerte del periodismo de investigación
en la televisión 



De periodismo de fondo a propaganda

El programa 60 Minutes de la cadena televisiva estadunidense CBS, lanzado en 1968, fue considerado por muchos años como el símbolo mismo del periodismo de investigación y confrontación. El programa tuvo episodios vibrantes y cargados de valentía, desde el tiempo de la guerra de Vietnam, hasta las escandalosas revelaciones de abuso en Abu Ghraib, pasando por denuncias fulminantes contra la industria del tabaco, de la salud y de incontables políticos corruptos. Sin embargo,CBS es uno de los seis gigantes mediáticos (junto con General Electric, News Corp, Disney, Viacom y Time Warner) y por tanto es una megacorporación con demasiados intereses y compromisos. Basta considerar cómo los reportajes de este programa pasaron de cuestionar la guerra de Irak a justificarla. Durante décadas 60 Minutestrató, en la mayoría de sus reportajes, de presentar visiones equilibradas. Este compromiso parece olvidado. Dos ejemplos recientes ponen esto en evidencia (y ni hablar del segmento del 1 de diciembre pasado dedicado a promocionar la descabellada idea de Amazon.com de entregar sus productos a domicilio con drones):

1. El ataque a la embajada estadunidense en Bengasi

El 27 de octubre pasado, la corresponsal sudafricana Lara Logan y su productor Max McClellan, presentaron una entrevista con el mercenario británico (contratista de Blue Mountain Group) convertido en agente de seguridad, Dylan Davies, sobre el ataque del 11 de septiembre de 2012 al consulado estadunidense en la ciudad libia de Bengasi, donde murieron cuatro estadunidenses, incluyendo el embajador Christopher Stevens. Davies contó que la noche del ataque saltó el muro de las instalaciones diplomáticas estadunidenses, dio un culatazo en el rostro a un atacante y vio muerto al embajador en el hospital. Davies acusaba a EU de no haber protegido al embajador. El problema fue que Davies reportó al FBI y a su propia empresa que esa noche no estuvo cerca del sitio del ataque (según el diario Telegraph, Davies abandonó la ciudad horas antes del ataque). Logan y McClelland sabían de esta inconsistencia; sin embargo, siguieron adelante con el segmento, quizás por presiones internas (promocionar el libro The Embassy House, que la editorial Simon & Schuster, parte del conglomerado de CBS, estaba a punto de publicar) o tal vez por la ambición de lanzar un estruendoso reportaje exclusivo en el que CBS corroboraría las hipótesis y las teorías conspiratorias de la derecha y en particular de la cadena Fox, la cual llevaba meses acusando a Obama de haber “sacrificado a estadunidenses” por su incapacidad de pronta respuesta. La editorial suspendió la publicación del libro de Davies, quien se ocultó de los medios argumentando que alguien amenazaba a su familia. Aunque Logan pidió una disculpa pública, ella y su productor fueron suspendidos.


Dylan Davies
2. Visitando a la nsa

La noche del 15 de diciembre se presentó Inside the nsa (Dentro de la Agencia de Seguridad Nacional), conducido por el presunto reportero, exempleado de la NSA y actual subcomisionado de inteligencia de Nueva York, John Miller, quien por varios años fue el propagandista de planta de los noticieros de CBS. Miller presentó una apabullante defensa de la organización que ha estado espiando a millones de personas en el mundo (incluyendo a Angela Merkel y Dilma Rousseff, entre otros sospechosos) bajo el pretexto de proteger a EU de futuros ataques terroristas. Miller no intentó siquiera ofrecer puntos de vista opuestos; sólo dio el micrófono al director de la agencia, el general Keith Alexander, quien declaró que la NSA se dedica a “defender nuestras libertades civiles y nuestra privacía”. El reportaje fue un ataque a Edward Snowden, a quien acusaban de haber puesto al mundo libre en inmenso peligro, tan grande que ni siquiera podían explicarlo al público. Esta defensa airada e histérica tuvo lugar un día antes de que el juez federal, Richard J. León, dictaminara que los programas de espionaje de la NSA son probablemente ilegales, una tecnología “casi orwelliana” y que habrían hecho que James Madison se horrorizara. Seguramente esta decisión será apelada por la NSA. Mientras tanto, Snowden sigue pidiendo asilo permanente en Brasil y en una reciente carta señala: “Los senadores estadunidenses nos dicen que Brasil no debe preocuparse porque no lo están vigilando, sino sólo recolectando información… Estos programas nunca tuvieron nada que ver con el terrorismo: se trata de espionaje económico, control social y manipulación diplomática. Son un asunto de poder.”

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