sábado, 1 de junio de 2013

ENTREVISTA CON ALFONSO NOBLE, Elizabeth Quezada

Nobel Alfonso: “Pienso que los valores siempre son actuales”

Nobel Alfonso: “Pienso que los valores siempre son actuales”
ELIZABETH QUEZADA [mediaisla“Pienso que escritor se hace elitista por el propio oficio de resaltar el grupo humano de pertenencia o de motivación. Ser elitista no es una afrenta”.
Al terminar de leer, Crónicas desde una sociedad de gente cualquiera, de Nobel Alfonso, es obvio que vamos a terminar absorbiendo todo un discurso crítico-social y humano. Por no decir, claro está, una filosofía personal avalada en el respeto y las virtudes morales. Son estos, pues, los temas que engloban la totalidad del . Méritos altamente resaltados en el mesurado prólogo de Manuel Matos Moquete, quien destaca que, “por primera vez, alguien se permite denunciar la mediocridad rampante que se ha adueñado de los espacios de la sociedad y de la cultura.”
¿Qué respuesta espera que su libro proporcione a sus lectores y a usted mismo?
—Llamo la atención sobre el hecho de la cualquierización del ser con la pretensión de que apreciemos la calidad de gente y nos agrupemos alrededor de sus valores. Lo dice Juan Bosch, citado en la reseña que hago en la presentación: “… el único antídoto a este mal es que la gente decente y honrada se junte y le haga frente a la amenaza del cualquierismo, siendo juntos, como era antes”. Recalco el final de Bosch: Como era antes. Vale decir, volver al principio de ser gente.
¿Por favor, podría definir el concepto Gente y su antagonista Cualquiera?
—El mayor tiempo en la organización del libro fue para definir esta palabra-idea. Luego de revisar a lo largo de año y medio, definiciones y textos de académicos, filósofos antiguos y modernos, autores, humanistas, educadores, psiquiatras, psicólogos y cuantas fuentes conexas a ellos surgían, me fui a la calle durante casi cuatro meses a preguntar directamente a las personas en diferentes escenarios su entendimiento de la palabra-idea gente. Para ti, ¿Qué es ser gente?, era la pregunta simple que hacía. En la sumatoria de opiniones encontré una gran confusión. Muchas respuestas igualaban el ser gente con los conceptos de persona, individuo, sujeto, humano, ente, ciudadano, rico, culto, tutumpote, poderoso. En una de mis conclusiones apunté que ser una de ellas ni todas  te da la condición humana de gente; puedes ser un individuo, rico, blanco, rubio, ojos azules, y no tener la calidad de gente, o lo contrario, pobre, moreno, moñito, ojos negros, y ser muy gente. ¿Qué es sergente pues? En un gran número, la respuesta fue que ser gente era solo eso: ser gente. De entre estas respuestas, una gran cantidad  asociaba la palabra a la  de tener valores humanos, concepto del bien, honradez, sabiduría, ser agradecido, despertar confianza, tener sensibilidad, ser bondadoso, amar, ser solidario, ser respetuoso, honesto, no robar, no matar, ser humilde.
Si ser gente es todo esto, quienes no son esto, ¿Qué son?
—La elección de la palabra-idea cualquiera como antítesis de gente viene de la misma citada explicación dada por Juan Bosch al  Miguel Hernández acerca del qué hacer para enfrentar el cualquierismo: “Imagínate, Miguel, una sociedad en la que cualquiera sea el maestro, cualquiera sea el policía, cualquiera sea el juez, cualquiera sea la autoridad…”.
¿Es excluyente la cultura? ¿Qué opinión le merece un grupo de artistas que toquen palos de religiones y costumbres sincréticas, por ej., en contraposición de un  del violín o de una sinfónica?
—En sí misma, la  como práctica no es excluyente. Quien se hace excluido es el individuo que no la vive. La cultura es el  de un proceso humano y cada ser vivo o muerto forma parte de ella aun cuando no sea consciente de ello. El hecho cultural, desde lo personal hasta lo universal, circunda al individuo y será su decisión o su oportunidad conocerla, disfrutarla, rechazarla, vivirla, estudiarla, amarla, negarla…
¿Es elitista «Crónicas desde una ciudad de gente cualquiera»?
—Mis Crónicas son elitistas; no puedo negarlo. En cada crónica resalto las diferencias entre los dos mundos; evidentemente soy parte de la gente y, no tengo dudas de que la gente es una “élite” humana. Pienso que todo escritor se hace elitista por el propio oficio de resaltar el grupo humano de pertenencia o de motivación. Ser elitista no es una afrenta. Un buen referente de este concepto es el maestro José Ortega y Gasset en sus reflexiones acerca de la relación entre élites y masas (gentes y cualquieras) que nos dejó en su obra  La rebelión de las masas, escrita hace ya más de 80 años.
¿Qué opinión le merece la democratización de los medios y la globalización de la información?
—Los medios no se han “democratizado”. Cualquiera tiene ahora acceso al poder mediático. La gente de los medios se ha rendido ante el chantaje y la chabacanería azuzada por la ambición. Eso no es democratización.
Me gustaría saber sus puntualizaciones sobre el miedo de la GENTE de perder su status, de convertirse en CUALQUIERA. ¿Eso no es de gente?
Es un poco confuso este sentimiento; en algún punto todos nos igualamos como individuos, personas, humanos, hasta que decidimos ser. Infinidad de veces al día la persona debe decidir ser.
Ser gente es una condición que se elige voluntariamente y es condicionada a que sea permanente y continua. Ser gente es un ejercicio cotidiano, 24 horas, 365 días, toda la vida. Requiere de mucha inteligencia y toda la voluntad. Pero quienes persisten encuentran en la calidad de gente un   en el cual se disfruta la vida más que en ningún otro. Los que así lo hacen cuentan que no hay nada mejor que vivir entre la gente, hablar como gente, disfrutar como gente, vestir como la gente, comer como la gente, compartir con la gente… Ser gente no es una condición que se hereda, ni se compra; es una decisión absolutamente personal que se toma libremente. Claro está que pertenecer al grupo de la gente conlleva cumplir con la ley de la gente, que es muy simple: ser gente siempre y en toda circunstancia. La responsabilidad que se asume es obvia.
Dejar de ser gente es muy fácil, sólo tienes que sucumbir a una tentación cualquiera; pero para la persona en su ser intrínseco y en el entorno , social, laboral, económico, entre otros, es devastador el tormento y la vergüenza que produce la traición a los principios, la moral y la ética.
Después de sucumbir en manos de cualquiera es muy difícil volver a ser gente. Todos lo saben y por ello el temor y el rechazo a la cualquierización.
Para Nietzsche y su “Genealogía de la Moral”: La moral y la ética que hacen pasar por “verdad universal” son  falsos valores. Lo cataloga como “moral de esclavo”. Propone que cada  tenga libertad creativa. Libertad creadora. Similar de la que se vale un artista, en el arte contemporáneo.
—¿Es un cualquiera un esclavo de su ignorancia; o un esclavo del sistema de gentes?
—Según Hannah Arendt la maldad es la falta de conocimiento. Según ella la maldad no es más que un producto del desconocimiento del efecto que podría tener una acción. Si sabes de antemano que una acción va a producir un daño, no es maldad, es crimen.
Una de las confusiones acerca de la palabra-idea gente, y por consecuencia de su enfrentada cualquiera, es que la gente es rica, culta, bonita, libre y muchas etcéteras más, y que cualquiera es pobre, bruto, negro, feo, esclavo y todas las etcéteras más que provoca la confusión. Nada más lejos e incierto; hay mucha gente gente entre los pobres, prietos, iletrados, diferentes, oprimidos y excluidos; lo mismo que hay muchos cualquiera cualquiera entre los blanquitos, bonitos, licenciados, tutumpotes, etc.
Ciertamente, se necesitan condiciones aún más especiales para sobrevivir como gente en la pobreza y la exclusión. En la marginalidad de la pobreza y como producto de la exclusión decidida por la gente, hay mucho más posibilidad de contagio del cualquierismo.
¿Son convenientes o inconvenientes los sistemas de valores actuales?
—No sé. Los valores que conozco de mis antepasados son los mismos que les inculco a mis hijas y espero que ellas hagan lo mismo con mis nietos. Pienso que los valores siempre son actuales.
Igualmente tengo referencias, también por mis antepasados, de antivalores puestos como trampas en medio del camino.
“Nunca tengas miedo a la mentira; no la contradigas, sólo déjala pasar y síguela porque ella te llevará a la verdad que tiene secuestrada”, era una de las muchas maneras que me enseñó el maestro Max Reynoso para descubrir mis dudas y detrás de ellas los valores que las enfrentan.
¿Sería justo impedir que Cualquiera venga a la ciudad de la Gente a violar descaradamente todas las leyes de convivencia y a hacer lo que entre la Gente nunca se ha hecho?
—Finalmente, pero no menos importante, quiero referirme a la teoría ética de J, Habermas. Habermas inquiere en la expresión, en la lengua, y en las situaciones híbridas de comunicación entre la gente. Erige una serie de umbrales: criterios que deben proveerse en todo parlamento, diálogo, entrevista, etc. para que pueda desarrollarse y concluir desde una utilidad moral mutua. Y lo nombra, el discurso. Yo contendré esas normas en una sola palabra y es:incluyente. Todos tienen derecho a la palabra. A la inclusión, a la igualdad.
Si me permite, tres preguntas en una: ¿Es su discurso incluyente? ¿Es Ortega y Gasset y su “Rebelión de las masas” uno de sus referentes tácitos? ¿Cuáles son sus autores preferidos?
—No. En las Crónicas hay un planteamiento explícito de que ambos mundos, el de la gente y el de los cualquiera, tienen que coexistir, interrelacionados pero separados.
Sí. El personaje de Antonio César Augusto plantea a lo largo del trabajo la necesidad de que la gente reconozca y acepte la existencia de cualquiera como su contraparte en la vida.
No conscientemente. La rebelión de las masas es un referente obligado (muy influyente) para todos los que en los años ’60 nos situamos en los frentes de las luchas sociales, en sus diferentes trincheras desde la punta izquierda a la punta derecha. Junto al de José Ortega y Gasset hay otros muchos referentes, en un abanico de colores tan amplio como el Arcoíris.
Mi autor preferido es René Del Risco Bermúdez. | eq, santiago, rd EliQuezadaJ@gmail.com

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