miércoles, 22 de mayo de 2013

EL DARDO Y LA MANZANA, Waldo Leyva


EL DARDO Y LA MANZANA 


Soy un hombre detenido en la línea sin origen 
ni fin de una saeta. 
Sin mí, sin la referencia que soy, 
nadie hubiera encontrado el viento roto, 
el paisaje escindido, 
la huella aguda y misteriosa de la madera. 
¿Dónde está el blanco que persigue la flecha? 
¿Quién tensa el arco? 
¿Qué mano laboriosa modeló este venablo? 
El dardo es una excusa entre el veneno y la manzana. 

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