lunes, 15 de abril de 2013

DIEZ POEMA, Osvaldo Sauma (costa Rica, 1949)


Osvaldo Sauma - Diez Poemas


 

 
 

Nació en Costa Rica, en 1949. Es Poeta. Profesor del Taller de Expresión Literaria en el Conservatorio Castella, San José, Costa Rica desde 1981 a 2010. Autor de: Las huellas del desencanto (1983), Retrato en familia (Premio Latinoamericano EDUCA, 1985), Asabis (1993), Madre nuestra fértil tierra (1997), Bitácora del iluso (2000), El libro del adiós (2006). Antologias realizadas: Poesía Infantil del Conservatorio Castella(1986), Antología del Conservatorio Castella (1990), Los signos vigilantes (antología de poesía ecológica, 1992), Tierra de nadie (9 poetas latinoamericanos, 1994), La sangre iluminada (6 poetas latinoamericanos, 1998), Martes de poesía en el Cuartel de la Bocadel Monte (1998), Antología de seis poetas latinoamericanos (2006).

Coordinador de la rama de literatura en el Festival Internacional de las Artes de Costa Rica en los años 1994, 1998, 1999, 2005, 2006 y 2009, dando a conocer al público de Costa Rica a poetas como Juan Gelman, Gonzalo Rojas, Blanca Varela, Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Pablo Armando Fernández, Claribel Alegría, Piedad Bonett, Rocío Silva Santiesteban, Juan Manuel Roca y William Ospina, entre otros.

Ha sido jurado en los premios internacionales Ricardo Miró, rama de poesía (Panamá 2000), primer premio hispanoamericano de poesía Sor Juana Inés de la Cruz (México 1997) y Juan Ramón Molina (Honduras 1983), entre otros.

Su obra ha sido traducida al inglés, al francés, al portugués, al árabe y al hindi.

Ha participado a numerosos festivales internacionales de poesía, como: Medellín y Bogotá (Colombia), Granada (Nicaragua), Rosario (Argentina), Festival Mundial de la Poesía (Chile), Mundo Latino (México), Festival Internacional de las Letras Jaime Sabines (México), Festival Intercontinentale della Poesia Mediterranea (Roma, Italia), Kritya, Mysore (India), entre otros.


EFECTOS COLATERALES


la luna se alza

como un ícono sobre la noche

 

afuera los seres humanos

se matan en las carreteras  

o en los bares

o en las calles asidas

al tropiezo de sus obsesiones

 

otros se protegen de la soledad

bailan la danza de las diversiones

se revuelcan en las camas

para olvidarse de sí mismos

en el cuerpo del otro

o se suicidan bajo la claridad 

de los altos puentes del vacío

 

sólo los solitarios se ensimisman

en el sinsentido de los días

sin que los rayos lunares

alteren sus marejadas internas

 

en medio de las musas extintas

hayan consuelo

a pesar de que no exista salida

a pesar de los baños de la luna llena

en su ir y venir sobre el flujo marino

entre las aguas interiores de las mujeres

o al fondo de esa nostalgia de lobos

que los hombres llevan consigo

 

los solitarios viven

del rumor de sus silencios

y beben / a solas brindan

con la luna y su propia sombra

emulando a Li-tai-Po

en los eternos rituales del desamparo

 

LATITUD CERO

Aquel que no ama las nubes

 que no vaya al Ecuador

Henri Michaux

 

justo en la mitad del mundo

las nubes

perros del aire

viajan directamente al sur

 

nubes que Michaux amó

como se suele amar a los lobos

esos pastores fieles de las montañas

 

en medio de la cintura del planeta

en el punto cero cero cero

donde convergen el yin y el yang

 

hay un hombre dividido

entre una línea imaginaria

y los rayos perpendiculares

que deja caer el sol

 

aquí

sobre estas cimas

donde la razón trazó sus coordenadas

y orientó el desasosiego de su miedo

 

aquí en el Ecuador

hay un hombre fervoroso

cantándole al ombligo de la Tierra

 

TARJETA POSTAL

 
sospecho de los obeliscos

implantados en el frontispicio

de las iglesias romanas

 

mala señal para las gaviotas

que perdieron su mar

entre las ruinas

y el esplendor de los Etruscos

 

pero yo vine aquí

para amar a una mujer

no caminé los caminos

que conducen a Roma

para fijarme en nimiedades

 

vine porque sus besos

me protegen del mal de ojo

y redimen con fuego mis cenizas

 
EQUIDAD

 
que nadie se vaya impune de esta fiesta

ni escape nadie por la puerta trasera

como si no fuese artífice de su negligencia

y no olvide la cuota de horror que se merece

ni diga

no sabía/ yo pensaba/ tengo el alma noble

 

que nadie huya

de esta fiesta de los taladros

con licencia de ángel obeso

que prohíban la venta de bulas papales

 

que nadie abandone el barco

como las ratas

ni cave túneles como los topos

 

que no se salve nadie si no nos salvamos todos

 
MIRÁNDOLA DORMIR 

 

todo hombre es su propio sol

en la media noche del hastío

cuando los grillos chillan

como fuego endemoniado

y las estrellas

están más distantes que nunca

 

bajo la luz del aguardiente

todo hombre

                        apaga

la lumbre interior de la nada

mientras mira dormir

a la mujer que le cedió el destino

no la que le inventó la ilusión

 

todo hombre

que como yo se emborracha

junto a la mujer

que nos huye en sueños

evade la necesidad del otro

hace de su fracaso

un tintineo abstracto

y se bebe en silencio su perdición

 

 

A SOLAS EN CASA

 

 

no quiero mover un dedo

me abandono

                     me ensimismo

me fugo del devenir y del progreso

me oculto en los armarios de la infancia

en la cueva del autista

 

prueba de ello son las colillas

que deja por todas partes el desasosiego

esa ropa colgada en cualquier puerta

los trastos neciamente sucios

 

no es mentira esta abulia

estoy cansado de mí y de los otros

de los muertos del día

de los impuestos que suben

de los salarios que no alcanzan

de la impunidad que siempre

protege a los políticos

de no ser yo

de no poder vivir como en mis sueños

 

 

UNA MUJER BAILA

 

 

una mujer baila
amparada a la noche
despliega sus brazos
como decir sus alas
desde el centro del aire
hacia las afueras del aire
en diagonal a los espacios de la luz

entre los costados de la sombra


una mujer gira
como un astro

y sobre sí misma
                          esboza

la ruta del azar y sus conjugaciones
gira

      baila
             alza un tiempo magnético
como quien alza un pájaro
desde la tierra que lo atrapa
y traza con un carbón encendido
el lenguaje bermejo de las cavernas


baila
       y con ello sacude
los miedos de la infancia
que aterrados todavía
nos llaman desde su adentro


una mujer baila
sobre el corazón de la madera
para enardecer
el latido ciego de la vida
baila sobre mis heridas
para recrudecerme
el camino del remordimiento


una mujer baila

sola contra la adversidad
baila sobre el planeta errante
sobre un contratiempo de la memoria
y se fuga en esa fuga de la música
y vuelve sobre sí misma
para revelarnos
un deseo desterrado del Paraíso terrenal.

 

 

INTIFADA

 

 

este es un poema

que nace de mi rabia

por donde quiera que pasa

arroja las piedras de su cólera

la hiel del insomnio

la resaca de un dolor

encerrado en el pecho solar

 

nada detiene su feroz cabalgata

como un quinto jinete

levanta el polvo estelar

sobre las mezquindades de la historia

 

echa fuego por el hocico de los tiempos

deja cenizas de pólvora

entre la ilusión de los verdugos

 

corre desbocado

espanta las palomas de la discordia

y alfanje en mano

                           vierte su odio

sobre las cabezas de los dirigidores

 

este es un poema

arrastrado por ángeles furiosos

las palabras salen de sus bocas secas

como de un manantial de aguas sangrientas

o como lava de volcán si así lo quieren

o bien como un derroche de piedras

sobre las ruinas de una ciudad

hecha de piedras sobre piedras

 

TRÍPTICO DE LA BUHARDILLA

a Francisco Amighetti

In memoriam

 

I

derramo

los primeros tragos del aguardiente

para que los ángeles

beban conmigo en soledad

con amigos así

es fácil perder la cordura

nada mejor que beber

amparado a su pulcritud

 

extraña costumbre esta

a la que a diario me acostumbro

para exorcizar los fantasmas de la tierra

para despertar la embriaguez seráfica

y alzar vuelo en medio de la nada

 

 

II

 salud

           hermano

                          salud

 

de más está decir

que cada uno lee en el otro

el cúmulo de sus miserias

de más está decir

que envejecemos

y que de nada nos sirven

las estatuas de sal

que dejamos perdidas en el camino

(el viento a nuestras espaldas

sopla una tramontana inútil)

 

salud

           hermano

                          salud

por esta soledad que compartimos

frente a frente / espejo contra espejo

 

 

III

hoy no llamaré a nadie

hoy quiero emborracharme

a solas con mis ángeles

 

aquí adentro

no hace falta el mundo

tenemos amigos

que desde las sombras

celebran con nosotros

en silencio

hermanos que releemos

a la manera

en que se lame un animal herido

 

aquí

        ni siquiera

hace falta la música

                              nos bastan

la palabra y el aguardiente

el humo sagrado

y otras comunes pertenencias

 

aquí no hace falta nada

aquí hacen nido los pájaros nocturnos

y Homero y Ulises vuelven a quemar las naves

 

 

ASABIS 

 

                                           La segunda ley es la Asabis,

                                                               la solidaridad de la sangre que une entre sí

                               a los miembros de un clan,

                                                               como si fueran un mismo cuerpo.

                                                                                  G. Virgil Gheorghiu

No conozco Beirut

ni los cedros de Líbano

no conocí a mi abuelo

ni a su padre el viejo Sheik

 

no sé ni una palabra en árabe

tampoco si provengo

de los Sunnitas o de los Chiítas

si fui fenicio navegante

en aguas del Mediterráneo

o si en otro tiempo cabalgué sobre Balbek

entre las tropas de Saladino el Grande

 

nací próximo a la línea Ecuatorial

a 10˚ latitud norte media

y 84˚ longitud oeste media

del meridiano de Greenwich

y ya sé que no hay patria para mí

más que esta patria donde viven mis hijos

 

sin embargo

poseo una chilaba que cambié

a Mohamed en una calle de Tetuán

y bajo el influjo de esa vestimenta

me supe árabe ente los árabes

y antes de caer deslumbrado

frente a la belleza de la Alhambra

comprendí que preexistían

sus prodigios ornamentales

 

sus arabescos

y cuando por primera vez

supe de Gibrán Jalil Gibrán

recordé la historia que subyace

dentro del hilo común de nuestro Asabis.

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