sábado, 29 de diciembre de 2012

ALBA II


Pareciera reclamar más luz,
mucha luz,
montañas de asombro por
el deslumbre convertido en gozo.

Bienvenida la espera.
La mecánica espera, bienvenida.
La dicha es mucha
y corroe por el silencio
y la oscuridad.
Salta las paredes de la inmensidad;
para prometer eternidades
alcanzables,
a la mano:
vertidas en enormes
velos de misterio y gozo;
frondosas, juegan a apoderarse
de todo hasta corromper
las ausencias,
llenar los vacíos y ser,
escurrimiento existencial,
miel en los recuerdos:
ser, a cántaros,
a toneladas,
ser hasta ocuparlo todo.

Dame la luz del alba
para pronunciar tus recuerdos,
tus mejores recuerdos…
y los míos.
Un manojo único de gozo,
de dicha restringida
pero cierta;
más cierta que la luz,
la luz del alba de tu nombre,
de tus ojos, tus pechos,
tus caderas…
toda tú.

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