viernes, 21 de septiembre de 2012

SER O ESTAR


Ser o estar…


Primero, nacer, darle paso al cuerpo para que sepa ser. Dejar que el espíritu lo posea y darse a la vida con naturalidad. Para ello es menester que circule la sangre por el cuerpo; eso no es dificultad alguna puesto que se trata de una tarea mecánica de la que la naturaleza provee. Lo que es un poco más difícil, y ahí sí entra la voluntad y los medios propios, en el uso de la inteligencia. Para ello hay que hacer uso de los mecanismos con los que uno se ha provisto, a saber: las herramientas académicas mínimas, la autogestión –en donde caben las casualidades de la vida y el uso personal de los accidentes manejados con tino y buena voluntad-; desde luego las amistades pueden ser un elemento favorable o desfavorable, según el caso y condiciones específicas.

Cabe hacer ver que en el trayecto cruzan los reflectores, es decir las personales condiciones psicológicas y psicosomáticas. El enemigo a vencer, en este caso, es el egoísmo. La egolatría, si sucede, se convierte en serio obstáculo que, para vencerlo, deben darse condiciones casi,  casi,  heroicas.

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